¿Cómo de seguro es invertir en la bolsa?
Iniciar una aventura de inversión en la bolsa puede ser algo parecido a irte de vacaciones con tus amigos; sabes como empieza, pero no como puede acabar. La diferencia de un viaje improvisado a Ibiza con tus colegas de toda la vida y un viaje por el mundo de las inversiones en bolsa, es que en el segundo es necesario comprender cómo funciona todo si no quieres quedarte a cero. Bueno, posiblemente en el primero te quedarás a cero de todos modos…
¿Por qué invertir en la bolsa?
Hay muchos motivos por los que la gente decide empezar a invertir en la bolsa. Pero si te estás planteando hacerlo porque estás harto de trabajar y de repente quieres ser bróker, o porque has llegado a la conclusión de que solo comprando acciones de Apple y Mc Donald’s puedes dejar de vivir definitivamente en casa de tus padres; párate, respira y plantéatelo.
Las personas que empiezan a invertir en bolsa de la noche a la mañana sin informarse bien, suelen acabar como Zazú: en una jaula, rodeados de hienas.
¿La bolsa no significa dinero rápido, significa miedo y euforia
Quizá aún no lo sepas, pero el miedo y la euforia son dos colegas con los que no te puedes ir de copas por Wall Street. El primero es el típico que no quiere salir nunca los viernes porque está cansado, y el segundo es el que te suelta las míticas: «salimos de tranquis» o «la última y nos vamos». ¿Lo vas pillando?
¡Ojo! No te digo que no inviertas, te digo que inviertas bien, y para eso tienes que aprender a controlar a tu amigo miedo y a tu amiga euforia.
¿Por qué te digo todo esto como si fuera tu madre? Porque a la que palmes 300,00€ el primer día, te va a entrar el miedo y no querrás invertir nunca más.
Como dicen algunos abuelos millennials: «El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti después de perder tanta pasta». No te preocupes, esto es normal, cuesta mucho ganar 300,00€ como para perderlos porque Match Group caiga 60 puntos en el Nasdaq. Que, por si no lo sabías:
- Match Group es la compañía a la que pertenecen apps de ligoteo como Tinder, Meetic, OkCupid, Hinge, Plenty of Fish, OurTime…
- Nasdaq no es hola en klingon, es el segundo mercado de valores de Estados Unidos.
Dicho esto, también te puede pasar todo lo contrario. Quizá ganes 300,00€ invirtiendo en Amazon en tu primera noche como bróker de sofá y al día siguiente te pongas a comprar acciones como si fueras el monstruo de las galletas en la fábrica de María Fontaneda.
¿Sabes cuál de los dos colegas que tenías que controlar es este? Exacto, la euforia. No te fíes ni un pelo de ella…
Conceptos básicos de la inversión en la bolsa
Comencemos con los elementos fundamentales, porque la bolsa no solo son números, la bolsa es como el mercadillo de tu pueblo, pero a lo bestia. Todo se vende, todo se negocia y todo se compra.
Vale, sí, hasta ahí llego… pero, ¿qué se compra y que se vende exactamente?
Es en este punto donde entran en juego dos conceptos que nadie aprendió ni en BUP, ni en la ESO: las acciones y los bonos.
Acciones
Imagina que las acciones son como porciones de una pizza gigante llamada «empresa». Cuando compras una acción, básicamente estás comprando un trozo de esa pizza. Ahora, si la empresa va bien y la pizza se vuelve más grande y deliciosa, tu porción también valdrá más. Pero, si la empresa tiene problemas y la pizza se hace más pequeña, o se cae al suelo y se llena de pelos de gato, ya te puedes imaginar: tu porción también pierde valor.
El objetivo a la hora de comprar esa porción de pizza por 67,34 € es pensar que dentro de un mes o de un año valdrá 142,85 €… Y si hay algo que comparten los de BUP y los de la ESO es que antes pasaron por primaria y aprendieron a restar. Así que 142,85 € que vale tu porción de pizza ahora, menos 67,34 € que te costó al comprarla, son 75,51 € de beneficios que te llevas como buen capitalista. A eso le restas los impuestos que tienes que pagar como buen socialdemócrata (19%, 21%, 23%... dependiendo de cuánto ganes) y voilà, tus beneficios como bróker de sofá. ¿Suena fácil, verdad? Pues no, esto solo es el cuento de la lechera, ganar dinero invirtiendo en bolsa no es tan fácil como pedir una pizza del telepi.
Bonos
Si las acciones son porciones de pizza, los bonos son los préstamos que llevas toda tu vida haciéndole a tu amigo Hugo cuando se pasa con las cañas. Si entiendes esto, solo tienes que cambiar a Hugo por un Estado o una empresa, y ya tienes la explicación.
¿Por qué los Estados y las empresas piden dinero prestado a través de los bonos? Bueno, pues porque como tu amigo Hugo llegaron a un punto de la noche en el que querían seguir de fiesta pero la cartera no lo permitía. ¿Y qué hace Hugo en ese caso? Pues te pide prestado a ti, prometiéndote que mañana te lo devuelve y que además te invitará a las cañas del juernes que viene.
Esa es la inversión en bonos. Tú le prestas a Hugo para que siga de fiesta y, a cambio, te ganas las cañas del juernes. Cuando extrapolamos esta metáfora a la bolsa de verdad, si compras un bono del Estado Alemán porque están gastando más de lo que tienen, dentro de un año te pagarán lo prestado más los intereses.
¿Y qué define que unos bonos ofrezcan un interés más alto o más bajo? Fácil, si tu amigo Hugo siempre paga sus deudas, podríamos decir que es el Estado Alemán, un deudor de fiar que devuelve sus deudas con un tipo de interés bajo. Sin embargo, tu amigo Roberto, ese miserable que todavía te debe 4,00€ que le prestaste para un Big Mac hace tres años y que debe dinero a medio barrio, si pide prestado a alguien tendrá que prometer un tipo de interés muy alto porque la gente le ve como una república bananera que no paga sus deudas.
Invertir en la bolsa es como subirse al Dragon Khan
Pasemos al siguiente nivel. Imagina subirte al Dragon Khan, una experiencia emocionante, pero no apta para cardíacos.
Todos tenemos claro que nadie en su sano juicio se subiría sin ponerse el cinturón de seguridad, ¿verdad? (Tu amigo Hugo no cuenta). Pues lo mismo pasa al invertir en la bolsa. Ponerse el cinturón de seguridad de la bolsa es sinónimo de entender los riesgos asociados.
Si te subes al Dragon Khan sin cinturón, y además no sabes cuándo viene la próxima curva, lo vas a pasar mal chaval. Del mismo modo, si no entiendes la montaña rusa de las inversiones en la bolsa, te vas a llevar más de un susto cuando abras esa aplicación de inversiones que te descargaste el lunes pasado mientras veías la última temporada de los Peaky Blinders.
Por eso, antes de subirte al Dragon Khan de la bolsa, ponte el cinturón y asegúrate de conocer bien las vueltas y revueltas que da. Recuerda que en el mejor de los casos podrías marearte un rato, y que en el peor de ellos podrías perder la cartera con todo lo que llevases dentro. Y sí, entonces serías tú el que le tendrías que pedir dinero prestado a tu amigo Hugo…
Factores que influyen en la seguridad de tus inversiones en la bolsa
Dejemos a tus amigos a un lado y centrémonos en todo lo que hace o no que sea seguro invertir la pela en la bolsa.
De un lado tenemos las condiciones económicas y políticas (suena apasionante, lo sé). Y, aunque no lo parezca a simple vista, son conceptos muy fáciles de comprender.
Verás, tú nunca pediste dinero a tus padres para el viaje de fin de curso o para comprar una moto el día que tu hermana se rompió la rodilla jugando al fútbol, o el día que tu hermano se cargó el DVD por haber puesto mil veces «Regreso al futuro II». ¿Cierto? Cierto.
¿Por qué no pedías dinero bajo esas circunstancias? Porque no era el mejor momento de hacerlo, todos lo sabemos. Pues bien, así funciona la bolsa. Hay momentos en los que es un buen momento para comprar acciones, y momentos en los que es mejor comprar bonos; hay momentos en los que todo apunta a invertir en criptomonedas, y momentos en los que es mejor invertir en oro, o directamente no invertir en nada. ¿Lo pillas?
Esas circunstancias que mencionábamos de tus hermanos son una metáfora de las condiciones económicas y políticas. Si tu hermano ha roto el DVD, tus padres tienen que comprar otro y no tendrán para darte a ti; si tu hermana se ha roto la rodilla, que pidas dinero camino al hospital entre incertidumbre y preocupación sería un suicidio, y lo sabes.
¿No te queda claro? No te preocupes, lo vemos con ejemplos reales.
Factores reales que influyen en tus inversiones
Esos contratiempos familiares ficticios tienen un parangón en la vida real, son las tasas de empleo, el crecimiento del PIB, la inflación, las decisiones políticas, la estabilidad, o la falta de ella. Son tensiones geopolíticas como la guerra de Ucrania o Gaza, pandemias globales como el COVID o crisis inesperadas como la de 2007.
Por eso, al igual que tu pedías para el viaje de fin de curso o para tu moto el día que tus padres estaban de buen rollo, invertirás en la bolsa cuando exista un clima económico y político favorable.
Porque, si quieres ser un buen inversor, prestarás atención a los cambios económicos y políticos, entendiendo que estos factores pueden hacerte ganar dinero para comprarte la moto que nunca te compraron tus padres, o te pueden dejar a fin de mes el día 7.
Asimismo, piensa en el comportamiento de la bolsa como la sincronización colectiva de todos los inversores. Una sincronización que refleja los sentimientos, decisiones y reacciones de la inmensa comunidad de inversores. Miedo, optimismo y especulación: los mismos sentimientos que tus hermanos y tú experimentabais al pedir dinero a vuestros padres. ¿Qué pasaba si los tres pedíais dinero a la vez? Que no había para ninguno. Sin embargo, si eras astuto sabías cuándo era el momento adecuado y te daban dinero para comprarte el último disco de Extremoduro.
Herramientas rock para evaluar la seguridad de la bolsa
Primero, plantéate el análisis fundamental como un estudio del ADN de las empresas. Como si investigaras a fondo la salud financiera de una banda antes de decidir si quieres ser su fan número uno y prestarles dinero para su gira.
Para eso, mirarás su discografía, claro, pero también factores como sus ingresos, ganancias, activos y pasivos. Gracias a estos elementos, puedes calcular el valor real de ese grupo y pronosticar si están destinados a ser rockstars a largo plazo, o si acabarán convirtiéndose en orquesta y tocando en la verbena de tu pueblo.
Después, entra en escena el análisis técnico; los gráficos y las tablas son como el histórico del grupo que revela su historial de éxitos y fracasos.
Mirando las gráficas y las tablas, en el año 2003 habrías invertido en Andy y Lucas, mientras que en el 2023 habrías invertido en Shakira. Al analizar esos movimientos de precios, subidas y bajadas, puedes considerar hacia dónde se dirige la música, ¡o sea, el mercado!
Finalmente, valorar la salud financiera de una empresa es como valorar si una banda tiene solvencia para contratar al técnico de sonido, pagar el alquiler del escenario y contratar publicidad para el concierto del sábado. Si no tienen para afrontar esos gastos, no habrá concierto, si no hay concierto no habrá ingresos… ¿Te arriesgarías a invertir? Esa es la incertidumbre que pretendemos evitar, porque queremos invertir en bandas solventes que seguirán tocando por mucho tiempo, como Muse o Radiohead ¿no? Pues lo mismo con las empresas en la bolsa.
Diversificación: mejor pocos muchos
Seguro que has escuchado el viejo dicho de: «No pongas todos tus huevos en una sola cesta». Frase acuñada sin duda por la abuela de la fabada asturiana.
Bueno, dicho fácil, esa es la esencia de la diversificación, una estrategia probada que aporta seguridad a tus inversiones. Imagínalo como armar un equipo de superhéroes, cada uno con habilidades únicas para enfrentar desafíos específicos.
Porque diversificación no es solo lenguaje financiero que usa tu cuñado para quedarse con todos en la cena de navidad; es un principio arraigado en la idea de extender tus inversiones en diferentes activos e industrias.
En el contexto de las inversiones en bolsa, la frase «Hombre de muchos negocios, hombre de poco dinero» no podría ser más errónea. Gracias a la diversificación te aseguras que un contratiempo en un bono o en una acción concreta no resulte en un fracaso catastrófico para toda tu cartera.
Regulaciones y protecciones para inversores
Invertir en la bolsa es algo muy parecido a un Madrid-Barça, un partido de mucha exigencia que requiere que los árbitros aseguren juego limpio para que haya espectáculo.
Si al invertir en la bolsa no hubiera garantías para los inversores, o si las autoridades no hicieran cumplir las regulaciones vigentes, nadie se atrevería a invertir. ¿Para qué ver un partido en el que los delanteros pueden meter goles con la mano sin que les saquen tarjeta roja?
Como norma, las autoridades encargadas de regular y proteger las inversiones en la bolsa son las agencias gubernamentales. Al igual que las federaciones de fútbol y los árbitros, establecen las reglas del juego y aseguran que todos los jugadores, desde inversores individuales hasta organismos institucionales, las cumplan. Así de simple.
Como conclusión, creo que con todo esto ya estás listo para convertirte en el próximo Warren Buffett. Y no, Warren Buffett no es un alemán diciendo que el buffet de su hotel es una m, es uno de los mayores inversores de la historia, presidente y director ejecutivo de Berkshire Hathaway. ¡Ponte las pilas!