¿Cómo nos afectará el nuevo impuesto a la banca?
Seguro que en las últimas semanas has escuchado hablar mucho de que se aplican nuevos impuestos a las empresas energéticas y a la banca.
El objetivo sería que ambos sectores apoyen solidariamente al Estado en un contexto de profunda crisis. Sin embargo, es posible que seas de los que se preguntan cómo nos afectará el nuevo impuesto a la banca. Porque sí, tiene consecuencias para el ciudadano.
Aunque el Gobierno asegura que grava los intereses netos y no se puede repercutir a las instituciones, es normal que tengamos dudas. Lo normal es que, cuando la Administración plantea un nuevo gravamen a las empresas, este coste lo asuman… los clientes. Vamos a verlo en detalle.
¿Cómo nos afectará el nuevo impuesto a la banca?
Si te preguntas cómo nos afectará el nuevo impuesto a la banca, lo primero que debes saber es en qué consiste. Supone un cargo del 4,8% a los bancos aplicado a partir de los resultados de 2022 y 2023.
En concreto, el nuevo impuesto a la banca grava la suma de los intereses y comisiones netas, siempre y cuando la empresa supere los 800 millones de euros por este motivo. Además, se especifica que los bancos no podrán trasladar estos costes a sus clientes, exponiéndose a sanciones del 150% del importe gravado si lo hacen. Se espera que la medida recaude en torno a 7.000 millones de euros. Ahí es nada.
Por lo tanto, si hacemos caso a la versión oficial del Estado, se supone que no debería afectarnos. En la práctica, veremos que sería raro que no fuese así.
¿Por qué nos repercutirán este coste?
Como se suele decir: hecha la ley, hecha la trampa. Y es que el impuesto grava el importe neto de la cifra de negocio, que sí existe en el sector energético… pero que es un dato que no existe en el sector financiero.
Para hacer un seguimiento, el Gobierno contabilizará la actividad diaria del banco. Una alternativa que parte de los datos oficiales de la propia banca. Por lo tanto, lo único que tienen que hacer en el sector es algo de ingeniería fiscal, para manejar los datos de tal manera que sea muy difícil rastrearlos incluso al Banco de España.
Otra opción sería, simplemente, introducir nuevas comisiones no vinculadas a esta medida. Tan sencillo como crear un producto nuevo, establecer un coste, y listo. Será muy difícil demostrar que tiene que ver con el nuevo impuesto a la banca.
Entonces, ¿cómo nos afectará el nuevo impuesto a la banca?
En el mejor de los casos, los bancos nos repercutirán la subida y la vida seguirá como hasta ahora. En el peor, la subida será mayor, a través de comisiones superiores, financiación más cara e inaccesible o, simplemente, recortes de servicio que compensen el gasto.
Por desgracia, históricamente las empresas siempre repercuten estos costes al cliente. Sobre todo las grandes, que cuentan con más medios que la Administración para esquivar sus normas, aunque lo prohíban de forma expresa por ley.