Cómo se preparan los ricos para el impuesto de patrimonio
Seguro que te interesa saber cómo se preparan los ricos para el impuesto de patrimonio que viene en 2023. Y es que desde el Gobierno han introducido una nueva medida que grava, y mucho, a las personas que dispongan de más de 700.000 euros.
Sin embargo, la nueva medida introduce nuevas cargas fiscales para quienes tengan un patrimonio de más de 3,7 millones de euros. Es decir: no sólo se trata de gravar las nóminas de cientos de miles de euros, sino que aquellos que más tienen, tendrán que contribuir (todavía) más.
Aunque lo más probable es que esto no te afecte directamente si no perteneces a este selecto grupo, sí es importante que se entienda igualmente. ¿El motivo? La recaudación fiscal nos afecta a todos. Por eso, es interesante ver si será otro caso de hecha la ley, hecha la trampa. O no. Veámoslo.
Cómo se preparan los ricos para el impuesto de patrimonio
Para empezar, el modo en que se preparan los ricos para el impuesto al patrimonio es sencillo: asesorándose con los mejores profesionales. No en vano, la nueva norma del Gobierno establece excepciones según la comunidad autónoma en que se resida.
Por este motivo, podemos imaginar que las primeras consecuencias que implicará el denominado Impuesto de Solidaridad de las Grandes Fortunas es que no cueste lo mismo en todas partes. Esto supone una situación injusta de base, ya que fomentará el éxodo masivo de los ricos de unas comunidades a otras.
Aunque es cierto que muchas empresas tendrán dificultades para mover su patrimonio de un lugar a otro, si hablamos de impuestos tan notables, no hemos de subestimar esto. Es más que probable que empresarios y personas con enorme patrimonio se vayan a donde la carga impositiva sea menor. Una fuga de capitales que podría empobrecer a comunidades “más caras”, derivando a un éxodo hacia otras “más baratas”, como Madrid.
Un impuesto que el resto de Europa abandona
Poniendo la mirada en otros países europeos, se considera que este tipo de medidas desincentivan la riqueza. Es decir: si se va una gran fortuna, serán muchísimos los contribuyentes necesarios para recaudar lo que se recaudaba en concepto de IVA e IRPF.
Y aunque no faltan voces que digan “pues que se vayan”, la realidad es que esto sólo deja tras de sí un escenario de pobreza. Por eso en Europa, sencillamente, se abandona este impuesto. Porque es fácil mudarse a un país vecino con más laxitud fiscal, sobre todo cuando se tiene dinero.Teniendo en cuenta que la mayor parte de la riqueza se encuentra en inversiones, es muy pero que muy fácil (sobre todo en la era digital), que los capitales se fuguen a otras naciones. Por desgracia, si eso sucede, los ricos no pagarán el impuesto. Al contar con medios para asesorarse y prepararse, es muy difícil que ese sea el camino. ¿La alternativa? No subir impuestos a los que más tienen, sino reducírselos a quienes tienen menos.